viernes, 1 de mayo de 2009
Primera orbita: Mercuria
Mercuria:
Soy mercuria giro, giro
Giro con la continuidad compulsiva de un astro
como solo yo puedo girar alrededor de ti sin una pausa sin un respiro...
Para mi no existe el silencio entre 2 notas, todo es sonido, calor, energía.
el giro se identifica con el fuego, trato de detenerme y mas me abraso
y estando aquí tan cerca, estoy tan lejos quemando en tu hoguera.
¡No te conozco!
Hombre violinista:
Morir.
Mentira que el hombre muera solo.
Al cesar su conciencia algo del universo muere con el.
El todo sin la parte deja de ser un todo.
Mercuria:
Todo lo que tengo es mi cuerpo, mis glandulas, mi piel que al rozarte se comprime
todo es cuerpo, la vida que anida dentro de las venas y se acuna en los pulmones, en el cerebro,la mirada y el tacto, el pensamiento.
Nada existe fuera del cuerpo.
Yo soy mi cuerpo y he venido a ofrecertelo.
Espero como los arboles la llovizna, a que vengas a mi cripta estelar y me penetres.
Juntos somos un bloque de fuego maduro capaz de licuar la piedra, el tiempo y el silencio.
Somos una luz que de rayo se hace estatua, de estatua arena, de arena humo, hasta volverse luz una vez mas.
Pero aun no has llegado y te espero y desespero y te sigo esperando aquí inmóvil, sobre la tierra dura,en la quietud que toda espera implica, tieso el cuerpo y con la mirada al cielo reproduzco tu silueta en la nube y tus labios se hacen blancos y tus ojos, y tu piel...
La nube pesa sobre mi como una lapida pero tu rostro, en el vapor calcado abre una brecha y por tus ojos espio el infinito.
Y tu imagen entera, arco iris que desconoce el negro, ignorando la opacidad se convierte en camino y ntransito el espacio sin rejas de esa imagen al sur y la los tantos orients, atravieso la encrucijada constelar y te descubro: energia y masa, luz y piedra.
Eres totalidad y yo tu parte.
Y el ritmo vehemente de tu girar interminable y uniforme se confunde con mi quietud, mi desnudez te asombra y tu asombre me desnuda.
Velocidad y estatismo, obtusa sinonimia, unidad que pretende medir el infinito.
Vertiginosa giro por dentro de tu imagen mientras mi espejo alucinado me cree aqui esperandote inmovil, sobre la arena dura.
Hombre violinista:
¿Has venido a conocerme?
Mercuria
y a que tu me poseas.
Pero mis palabras no han sido escuchadas.
¿Como hacerte saber de este amor que no comprendes?
para que decirte en palabras
-eco fugaz que entre mis labios y tus timpanos se pierde-
¿Como decirte mi universo?
Las palabras son un pedregal, vasto como el olvido que apenas recuerdan el fuego, volcán y lava que las precedió.
Palabras: la pidas, huellas, esqueletos
este amor que diario brota inédito como una nueva lava de volcán devora cada piedra, cada arena.
Este amor no forma pedregales.
Cierra los ojos y olearas el incendio
cierra los ojos y escucharas el crepitar de la hoguera en que me sucumbro.
Estoy sobre un lago de fuego y no te quemo.
Pisas mi amor hecho lava de volcán y no percibes el calor que me abrasa.
¿Como entonces esperar que los que no pudo el fuego lo puedan las palabras?
¿Que palabra habría que te inclinara hacia mi?
Eres infiel como la abeja a la rosa, liba donde encuentra néctar. ¡Todos los nectares son buenos!
tu naturaleza es inconstante, como los barcos tomas el viento que te llega, y levas ancla hacia cualquier rumbo.
Eres mi dios y mi enemigo, ¡si pudiera matarte!
la única forma que conosco es el olvido y pues te di palabras...
vayan todas al viento
Ahora te conosco
Das calor para poder enfriarte,
como la fiera necesita matar para poder vivir.
Hombre violinista:
Imagina Mercuria, que fiera
seria la que necesitara vivir para poder matar.
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